viernes, 19 de septiembre de 2008

VENTANAS ROTAS

Uno de mis maestros en Psicología Social usó la Teoría de las Ventanas Rotas a fin de ejemplificar acerca de estereotipos y prejuicios. Hace días cayó a mis manos un escrito de Gerardo López Maldonado, donde la menciona con una óptica más actual.
"En 1969, el Prof. Phillip Zimbardo, de la Universidad de Stanford, realizó un experimento: Dejó dos autos abandonados en la calle, dos autos idénticos, la misma marca, modelo y hasta el color. Uno lo dejó en el Bronx, por entonces una zona pobre y conflictiva de Nueva York, el otro en Palo Alto, una zona rica y tranquila de California. Dos autos idénticos abandonados, dos barrios con poblaciones muy diferentes y un equipo de especialistas en psicología social estudiando las conductas de la gente en cada sitio.
Resultó que el auto abandonado en el Bronx comenzó a ser vandalizado en pocas horas. Perdió las llantas, el motor, los espejos, el radio, etc. Todo lo aprovechable se lo llevaron y lo que no lo destruyeron. En cambio el auto abandonado en Palo Alto se mantuvo intacto.
Es común atribuir a la pobreza las causas del delito. Atribución en la que coinciden las posiciones ideológicas más conservadoras (de derecha e izquierda). Sin embargo, el experimento en cuestión no finalizó ahí. Cuando el auto en el Bronx ya estaba deshecho y el de Palo Alto llevaba una una semana impecable, los investigadores rompieron un vidrio del auto de Palo Alto.
El resultado fue que se desató el mismo proceso que en el Bronx, y el robo, la violencia y el vandalismo redujeron el vehículo al mismo esado que el del barrio pobre. ¿Por qué el vidrio roto en el auto abandonado en un vecindario supuestamente seguro es capaz de disparar todo un proceso delictivo?
No se trata de pobreza. Evidentemente es algo que tiene que ver con la psicología humana y con las relaciones sociales. Un vidrio roto en un auto abandonado transmite una idea de deterioro, de desinterés, de despreocupación que va rompiendo códigos de convivencia, como ausencia de ley, de normas, de reglas. Cada nuevo ataque que sufre el auto reafirma y multiplica esa idea, hasta que la escalada de actos cada vez peores se vuelve incontenible, desembocando en una violencia irracional.
En experimentos psteriores (James Q. Wilson y George Kelling) desarrollaron la "teoría de las ventanas rotas", misma que desde un punto de vista criminológico concluye que el delito es mayor en las zonas donde el descuido, la suciedad, el desorden y el maltrato son mayores.
Si se rompe un vidrio de una ventana de un edificio y nadie la repara, pronto estarán rotos todos los demás. Si una comunidad exhibe signos de deterioro y esto parece no importarle a nadie, entonces allí se generará el delito. Si se cometen pequeñas faltas (estacionarse en lugar prohibido, exceder el límite de velocidad, pasarse la luz roja, tirar basura) y las mismas no son sancinadas, entonces comenzarán faltas mayores y luego delios cada vez más graves.
Si los parques y otros espacios públicos deteriorados son progresivamente abandonados por la mayoría de la gente (que deja de salir de sus casas por temor a las pandillas), esos mismos espacios son progresivamente ocupados por los delincuentes.
La teoría de las ventanas rotas fue aplicada por primera vez mediados de la década de los 80´ en el metro de Nueva York, el cual se había vuelto en el punto más peligroso de la ciudad. Se comenzó por combatir las pequeñas transgresiones: graffitis deteriorando el lugar, suciedad en las estacones, ebriedad entre el público, evasiones del pago del pasaje, pequeños robos y desórdenes. Los resultados fueron evidentes. Comenzando por lo pequeño se logró hacer del metro un lugar seguro.
Posteriormente, en 1994, Rudolph Giuliani, alcalde de Nueva York, basado en la teoría de las ventanas rotas y en la experiencia en el metro, impulsó una política de "tolerancia cero".
La estrategia consistía en crear comunidades limpias y ordenadas, no permitiendo transgresiones a la ley y a las normas de convivencia urbana. El resultado práctico fue un abatimiento de todos los índices criminales de la ciudad de Nueva York.
La expresión "tolerancia cero" suena a una especie de solución autoritaria y represiva, pero su concepto principal es más bien la prevención y promoción de condiciones sociales de seguridad.
No se trata de linchar al delincuente, ni de la prepotencia de la policía, no se trata tampoco de la pena de muerte ni del ojo por ojo (como algunos políticos oportunistas y pusilánimes de nuestro país han propuesto en estos dias) ni siquiera de bajar la edad penal, sino más bien un conjunto de ideas que debidamente aplicadas deberían resultar en un beneficio para cualquier sociedad.
No es tolerancia cero frente a la persona que comete el delito, sino tolerancia cero frente al delito mismo.
Se trata de crear comunidades, limpias, ordenadas, respetuosas de la ley y delos códigos básicos de la convivencia social humana, como la que no tenemos ahora."
No es lo único, desde luego. También se requiere oportunidades de empleo y educación. De no permitir impunidad ni ser parte de la corrupción.
Quiero ser optimista. Si hay muchas pequeñas cosas por las que se puede empezar desde el plano individual y familiar. El ejemplo jala. No todo viene de arriba.