miércoles, 9 de julio de 2008

MIENTRAS LLUEVE

Todo cambia con la lluvia. El paisaje, sobre todo. Hay que sacar impermeable, chamarra con gorro (¡que enfado con el paraguas!), botas... Manejar en estas condiciones obliga a ser más precavidos...y pacientes. Se limitan las salidas, el teléfono se hace más necesario. Se antojan las bebidas calientes...y las espirituosas también.
Hay quienes dicen que les afecta en su ánimo. A mí me recarga la energía. Me encanta pisar charcos y salir a ver las crecientes de los rios o hacer leña de los árboles derribados por la tormenta. Con ansia espero un dia soleado para podar el pasto y ver que va quedando parejito, parejito. Méndigas hormigas que hacen su lucha en mi perjuicio, ni modo. Creo que hay que pintar herrería al final del temporal (debí hacerlo antes, ni modo). En las noches, las luciérnagas y ranas me hipnotizan.
Tanto esperar por que llueva y por eso no entiendo que haya quien se asoma por la ventana a mirar el cielo y clame porque deje de llover. Ni que estuviera diluviando. En otras circunstancias lamentables ni que decir. Lo cierto es que no depende de nuestra voluntad, así que mejor nos acomodamos o nos resignamos, según le venga el clima a cada quien.
Yo por lo pronto, mientras puedo salir, estoy desempolvando a Oscar Chávez.

1 comentario:

Sol dijo...

la lluvia es hermosa... aquí ha comenzado a llover también (jamás comparable con la de ustedes).

el agua corriendo, la temperatura ambiental que desciende momentáneamente, la luz blanca en vez de ser amarilla... es como entrar en otro tiempo, en días sin tiempo.

besos